La comunicación no verbal es tanto o más importante que lo que efectivamente decimos en una entrevista. Y lo es, porque los entrevistadores buscarán en el lenguaje corporal datos que le permitan deducir si lo que decimos es o no real.
Por este motivo, es importante tener claro que la comunicación no verbal no se puede dominar ni fingir. La realidad es que, por sí mismo, es un auténtico detector de mentiras. Sin embargo, hay algo que sí podemos hacer, y es conocer cuáles son las posturas y hábitos más adecuados para transmitir una imagen segura y relajada durante la entrevista.
Será inevitable que, a lo largo de nuestro discurso, nuestros nervios se traduzcan en comportamientos inconscientes y salgan a la luz; por ello, reconocer estas actitudes y aprender a recuperar una postura calmada es lo más importante. Es normal ponernos nerviosos durante una entrevista, pero es inteligente aprender a controlar estas situaciones.
Los hábitos corporales más adecuados al momento de ser entrevistados incluyen:
1-Mirar al entrevistador a los ojos mostrando sinceridad y cordialidad. Sostener una mirada fija demasiado tiempo no es una buena opción, ya que demuestra una conducta agresiva. La clave está en nuestro interlocutor. Míralo directamente a los ojos pero no constantemente, controlando siempre el no incomodarlo.
2-Sentarse recto pero no en tensión. El cuerpo debe estar erguido pero con una postura natural. Los hombros y la espalda no deben estar rígidos.
3-Los pies deben permanecer en el suelo y las manos deben estar quietas cuando no estemos hablando.
4- Practica hablar lentamente pero de un modo natural –sin exagerar-, acompañando las palabras con una gesticulación moderada. Habitualmente, al ponernos nerviosos, aceleramos nuestra velocidad al hablar y ello puede ser perjudicial, ya que no nos permite reflexionar con claridad sobre lo que estamos diciendo. Los movimientos bruscos pueden distraer a nuestro entrevistador y probablemente ponerlo también nervioso.
Estas son las cuestiones básicas recomendadas y es una buena idea practicarlas antes de una entrevista, para utilizarlas como guía, cada vez que los nervios se apoderen de ti. Recuerda que no podrás fingir tu postura corporal, pero sí puedes controlar tus nervios ayudándote de estas pautas básicas.
