Cómo venderte en la entrevista de trabajo
A menos que realmente estés en ventas, el concepto mismo de venderte en la entrevista de trabajo puede ser abrumador. No querrás parecer arrogante o cursi, o peor aún, desesperado. Pero aprender a autopromocionarse de manera convincente es de lo que se trata la entrevista laboral.
La buena noticia es que puedes aprender a hablar con confianza sobre ti mismo, en concreto sobre tus habilidades, conocimientos y logros profesionales, con un poco de esfuerzo. Estos consejos pueden ayudarte a cerrar la entrevista y conseguir el puesto de trabajo ofertado.
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Consejos para venderte en la entrevista de trabajo
Vístete para la ocasión
Muchos gerentes de contratación formarán su primera impresión de ti en función de lo que lleves puesto. Por supuesto, el atuendo adecuado para la entrevista depende de la empresa para la que estás postulando y de la cultura de la organización. Es recomendable arreglarse un poco más de lo que visten los actuales empleados.
Además, necesitas proyectar confianza físicamente. Tu lenguaje corporal tiene que reforzar lo que estás vendiendo. En otras palabras, tus señales no verbales, principalmente el contacto visual, los movimientos de las manos, la postura y el tono de voz, son fundamentales al venderte en la entrevista de trabajo.
Perfecciona tu pitch
Debes tener una autopresentación de 30 a 60 segundos preparada con antelación, pero este pitch debe personalizarse para el trabajo para el que te estás entrevistando.
No generes un solo pitch para todo tipo de entrevistas. Tienes que hablar teniendo en cuenta los puntos débiles de la empresa. Al fin y al cabo, tu objetivo es presentarte como la solución a sus problemas.
Presta atención a la oferta de empleo y evalúa las necesidades de la empresa y las responsabilidades del trabajo, y luego adapta tu presentación en consecuencia. Investiga y descubre qué es lo que más le importa a la empresa: visita su sitio web y páginas de redes sociales y lee su pestaña de información, notas de prensa recientes y cualquier iniciativa que estén emprendiendo, y luego adapta tu presentación.
Prepara anécdotas significativas
Independientemente de la industria en la que te enfoques, puede que te hagan preguntas conductuales en la entrevista de trabajo. Esencialmente, estas preguntas requieren que se te ocurran ejemplos de tus experiencias laborales pasadas, por ejemplo, “Háblame de un momento en el que sufriste algún revés” o “Háblame de un momento en el que tuvieras que lidiar con una persona difícil”. Desafortunadamente, aquí es donde tropiezan muchos solicitantes de empleo.
Mucha gente puede contar una historia decente, pero casi todo el mundo deja de lado el impacto que la historia tuvo en sí mismo, los participantes y el negocio. En otras palabras, no olvides hablar sobre los resultados de tus acciones.
Para elaborar una anécdota convincente, es recomendable utilizar comentarios reales para resaltar tus contribuciones. Emplea un diálogo real sobre cómo la gente se entusiasmó con tus soluciones y cómo afectaron al negocio. Describe cualquier premio o visibilidad que hayas recibido. Háblales a tus colegas de cómo tu exjefe todavía se entusiasma contigo en ese proyecto y cómo éste sigue en marcha años después.
Haz preguntas únicas
La clave para distinguirse del resto de candidatos a un puesto de trabajo es simple: hacer buenas preguntas que ofrezcan valor. Estas cuestiones puntuales, aunque poco comunes, te identifican como un investigador profundo, curioso y persistente.
Asegúrate de que al menos una de tus preguntas exprese interés en lo que la empresa está trabajando actualmente y luego evalúa con tacto. Por ejemplo, podrías preguntar: “¿Su nuevo producto tendrá características y capacidades x, y o z?” Luego, después de que el entrevistador responda, harías un seguimiento ofreciendo tu pensamiento creativo sobre el tema.
Cuantifica siempre tus logros
Las métricas venden, por lo que es importante utilizar cifras concretas al describir tus logros. Entonces, en lugar de decir: “Lideré un proyecto exitoso”, di: “El proyecto que dirigí redujo los costes en un 35%, redujo cuatro días de principio a fin y nos consiguió siete nuevos clientes importantes en los primeros 10 días”.
Además, evita usar clichés sin sentido, como decir que eres un “jugador de equipo” o un “trabajador duro”. En su lugar, respalda tus afirmaciones con historias relevantes que muestren cómo has aplicado tus habilidades en el pasado.
Di lo correcto
Si no te sientes especialmente cómodo hablando de ti mismo, venderte en la entrevista de trabajo será bastante más incómodo de lo que realmente debería ser. ¿La clave para encontrar tu ritmo? Práctica. Acudiendo regularmente al blog aprenderás a responder preguntas, desde por qué quieres el trabajo hasta cuáles son tus debilidades, de tal manera que tus habilidades y valores brillen.