Cómo superar el síndrome del impostor
El término síndrome del impostor, acuñado en 1978, se describe como un sentimiento de “falsedad en las personas que creen que no ser inteligentes, capaces o creativas a pesar de la evidencia de su alto rendimiento“. Básicamente, este síndrome hace referencia a cuando te sientes inadecuado a pesar de tu éxito evidente.
El síndrome del impostor puede desarrollarse desde la infancia si las habilidades de crianza de los padres son cuestionables. Las personas meticulosas y perfeccionistas también pueden desarrollarlo, siempre considerando que no han hecho lo suficiente o que su trabajo nunca es lo suficientemente bueno.
<< Conoce ahora todas las empresas en las que puedes trabajar con Adecco >>
La lista de “impostores” no tiene fin. Existen una serie de razones que podrían provocar que padeciéramos el síndrome del impostor. Si bien se trata de una enfermedad real y debilitante, podrías padecerla sin siquiera darte cuenta.
Es más, puedes incluso ser más susceptible al síndrome cada vez que te decides por comenzar un nuevo proyecto y sales de tu zona de confort. A pesar de que el síndrome del impostor aún no se considera como un diagnóstico definitivo, muchos psicólogos lo reconocen como un estado de duda intelectual constante real y muy específica.
A pesar de todo, hay buenas noticias al respecto. Si bien el origen del síndrome del impostor no está del todo claro, sí existen métodos para combatirlo.
10 claves para enfrentarse al síndrome del impostor
Antes de meternos de lleno en cómo enfrentarse y superar el síndrome del impostor, debes ser consciente de la necesidad de reconocer y expresar estos sentimientos. Una vez que analizas cómo te sientes y eres capaz de reconocer tu “impostor” interno, te resultará mucho más sencillo superarlo.
1. No te calles
La vergüenza provoca que muchas personas dejen de reconocer que padecen el síndrome del impostor. Saber que este tipo de pensamientos negativos tienen nombre y que no eres el único que los padece resulta extremadamente liberador.
2. Separa los sentimientos de la realidad
Hay veces en los que te sentirás estúpido. Le pasa a todo el mundo de vez en cuando. Sin embargo, el hecho de que te sientas estúpido no quiere decir que lo seas.
3. Identifica los momentos en los que puede aparecer tu “impostor” interno
Si formas parte de una minoría dentro de tu lugar de trabajo, es completamente natural que de vez en vez sientas que no encajas. En estos casos, en lugar de dudar de ti y pensar que no eres apto, reconoce que puede tratarse de una respuesta natural al ser parte de la minoría.
4. Destaca tus aspectos positivos
El perfeccionismo puede ser un claro indicio de tu camino hacia el éxito. El truco está en no obsesionarse con hacerlo todo de manera impecable. Esfuérzate al máximo en tu trabajo cuando realmente sea necesario y jamás te obceques en las tareas rutinarias. Perdónate cualquier error que cometas, eres humano.
5. Desarrolla una respuesta estándar ante los errores y el fracaso
El fracaso no es más que otra oportunidad para comenzar de nuevo de manera más inteligente. Por ello, en vez de fustigarte por tus errores, aprende de ellos y sigue adelante.
6. Imponte reglas reales y válidas para superar el síndrome del impostor
Si hasta el momento te has guiado por reglas como “siempre debo saber la respuesta” o “no me hace falta ayuda”, debes imponerte otros métodos de actuación. Reconoce que tienes el mismo derecho que los demás a equivocarte, tener un día libre o pedir ayuda.
7. Redacta un nuevo guion
Tu guion actual solo sirve para que recuerdes, una y otra vez, los sentimientos que dicta tu “impostor”. A la hora de comenzar en un nuevo trabajo o proyecto, en vez de pensar “espera a que se den cuenta que no tengo ni idea”, debes ordenar a tu cerebro que te diga frases del tipo: “todos nos sentimos nerviosos al iniciar una nueva etapa. Puede que no sepa todas las respuestas, pero soy lo suficientemente inteligente para descubrirlas”.
8. Visualiza tu éxito
Visualízate a ti mismo realizando con éxito una presentación o respondiendo con calma las preguntas pertinentes. Sin duda, estos pensamientos resultarán mucho más positivos que centrarse en lo que podría salir mal. Además, ayudan a reducir el nivel de estrés.
9. Recompénsate
Rompe el ciclo de estar siempre buscando algo para luego descartarlo. Aprende a darte una palmadita en la espalda a ti mismo de vez en cuando. ¡Te lo mereces!
10. Finge hasta que lo logres
Todos, en algún momento, metemos la pata. En tu caso, en vez de recomerte y convertir el error en una prueba de tu ineptitud, conviértelo en una habilidad. No esperes a sentirte confiado para comenzar a salir del hoyo. Finge que puedes hacerlo hasta que lo logres. El coraje se adquiere haciendo frente a los riesgos. Cambia primero de comportamiento y permite que tu confianza crezca poco a poco.
Reprogramando tu mente y esforzándote aprenderás a superar tus dudas y celebrar tus logros. No es una tarea sencilla, pero tampoco es imposible. Además, imagina lo libre que te sentirás dejando de lados los malos sentimientos que genera el síndrome del impostor.