Cómo aumentar tus propinas si eres camarero
Conciliar la vida laboral y profesional de un camarero puede resultar algo complicado. Las extensas jornadas laborales y los horarios especiales de la hostelería provocan que poder coincidir con la familia o amigos no sea siempre posible. Sin embargo, es uno de los empleos que más pasión suelen generar y, quienes trabajan como camarero, disfrutan de sus puestos.
Existe el convencimiento de que ser camarero es tarea sencilla y la gente se une al mundo de la hostelería casi sin pensar. Grave error. Ser camarero no es tan fácil como parece y es necesario tener una formación específica para desempeñar correctamente el empleo. Se trata de un aprendizaje de formas y protocolo facilitado por diversos estudios y, con la experiencia adquirida en tus primeros empleos, terminarás convirtiéndote en un camarero de éxito.
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Complicaciones del trabajo de camarero
Ser camarero es mucho más que servir mesas. Para cualquier profesional de la hostelería el cliente es lo más importante. Sin clientes sería imposible cobrar a fin de mes. Pero, a pesar de este lema, el camarero puede toparse con clientela de todo tipo. Personas amables que facilitan el trabajo en mesa o familias desagradables a los que deseas que terminen pronto y no vuelvan más. Sea como sea, a todos debes tratarlos con educación y con la diligencia que se merecen.
En relación con la comida que sirvas en la mesa, si cuentas con un buen cocinero, este aspecto de tu trabajo irá como la seda de cara a los comensales. Sin embargo, si el ego del jefe de cocina es elevado, puede que critique tu manera de sacar los platos e incluso opine tu forma de ofrecer las sugerencias del día.
Por el contrario, si topas con un cocinero más afín con sus compañeros, éste te explicará sus platos y consulte contigo cómo va el servicio en mesa. Intentará amoldarse al ritmo de los comensales y al tuyo como camarero, pues eres el único que sabe de primera mano las necesidades de cada cliente. No olvides que, al fin y al cabo, para el cocinero todos los comensales son iguales. Nada más lejos de la realidad, ¿verdad?
Por último, en cuestión de compañeros meseros y jefes, a lo largo de tu carrera profesional te toparás con todo tipo de personas. Tu saber hacer y la empatía que consigáis como equipo de trabajo permitirá que el ambiente laboral del negocio sea ameno o no. Intenta rodearte de gente que valore tu esfuerzo y no impida el funcionamiento del restaurante a cada momento. Si no lo encuentras a la primera, la oferta de trabajos en hostelería es muy amplia y siempre estás a tiempo de encontrar un puesto mejor.
5 consejos para mejorar las propinas
El sueldo medio de un camarero en España es de 1.166 euros al mes. Podrás incrementar esta remuneración con las propinas de los clientes. Un mesero simpático y agradable pero no demasiado metomentodo suele obtener muchas más propinas que un trabajador de la hostelería serio, cortante y con una atención al detalle deficiente.
Los estudios de consumo de los últimos años nos dan una idea de qué debe hacer el profesional de la hostelería para aumentar el volumen de sus propinas. De hecho, podéis encontrar una recopilación de ideas más completa en el artículo “Seven Ways to Increase Servers’ Tips” de Michael Lynn, profesor de la Universidad de Cornell.
Estas son algunas de las pistas para tener en cuenta a la hora de ganar mejores propinas:
Date a conocer
Lo primero que debes hacer con los comensales de tu rango es presentarte. No lo hagas de manera automática sino real. Con una sonrisa sincera y hablando con normalidad, di tu nombre acompañándolo de alguna frase de bienvenida y cortesía. En la investigación “Effect of Server Introduction on Restaurant Tipping” del Journal of Applied Social Psychology queda demostrado que haciendo esto, los clientes perciben al camarero como más amigable y se deja mejor propina al terminar la comida.
Acércate
Aunque las reglas al uso del protocolo indican que agacharse ante un cliente no es apropiado, se ha comprobado que cuando el camarero se inclina a la hora de tomar la nota, se establece una conexión más íntima con el comensal. Favorece la comunicación y facilita que trabajador y cliente puedan mirarse a los ojos.
Sonríe siempre
Una sonrisa genuina y cálida es el gesto de simpatía universal. Dentro de los estudios realizados en los informes ya mencionados, quedó demostrado que los camareros que sonreían a sus comensales obtenían un 140% más de propinas que aquellos que tenían una expresión seria.
Contacto físico moderado
Toca a tus clientes siempre que el contacto físico sea no intrusivo y sea permitido por el comensal. Provoca simpatía e intimidad, lo que se traduce en una mejor propina. Así quedó reflejado en el experimento relatado en “The Midas Touch: the Effects of Interpersonal Touch on Restaurant Tipping”: sin contacto físico los camareros recibían un 12% de propina; subía al 14% al rozar un hombro; y llegaron al 17% al tocar un par de veces, especialmente medio segundo la mano del cliente en la devolución del cambio.
Sé agradecido
Si puedes, dibuja un emoticono sonriente en la cuenta… e incluso fírmala. De esta manera aumentarás las probabilidades de recibir una propina mejor. En caso de no poder, agradece a tus clientes su visita e infórmales que te agradaría volver a verlos pronto.
Es muy probable que esta expresión de gratitud genere en tus clientes una sensación de tener que merecerse tu agradecimiento. Y, ¿cómo lo harán? Dejándote una mejor recompensa económica por el servicio prestado.
Estos son los consejos que os proponemos desde Adecco pero, como camareros experimentados que sois, ¿cuáles son vuestras fórmulas para obtener mejores propinas?