Cómo aumentar la productividad laboral
¿Sientes que tu jornada laboral de 8 horas no es suficiente para realizar todas tus tareas? ¿Te falta tiempo para todo? Quizá no estés organizándote como es debido y te centres en funciones que no merecen la pena. No te agobies, puedes aprender a aumentar la productividad laboral rápidamente.
El hecho de que tu rendimiento actual en el trabajo no sea elevado, no quiere decir que seas un mal empleado. Tus jefes te contrataron por algo. Es momento de demostrarles que no se han equivocado. Es más, mejorar tu productividad te facilitará el camino para obtener una mayor remuneración, un mejor puesto en la empresa o, simplemente, cumplir tus objetivos y sentirte más feliz, cómodo y realizado.
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Los consejos que vamos a darte a continuación no son mágicos. No todos somos iguales por lo que no tienen funcionarnos de la misma manera. Sin embargo, entre todos ellos, encontrarás algunos que te funcionarán. Autoanalízate y sé sincero contigo mismo, será la única manera de que consigas un rendimiento óptimo en el trabajo y descubras qué es lo que está minando tu capacidad productiva. Es el primer paso para conseguir el éxito.
Claves para aumentar la productividad laboral
Ha llegado el momento de ponerse manos a la obra para mejorar nuestras capacidades en el trabajo. Te será más sencillo si tienes en mente estos consejos:
Planifica
En la actualidad, lo habitual es desempeñes tu trabajo sin necesidad de tener a nadie encima. Debes ser autónomo y organizarte tu día a día. Por ello, antes de empezar la jornada, anota las tareas que tengas que realizar y priorízalas. Realiza las que consideres más urgentes o importantes primero y termina el resto cuando hayas acabado.
Eso sí, considera posibles imprevistos y pausas o, incluso, tiempos de descanso, a la hora de centrarte en tus funciones. Debes ser consciente de lo que puedes hacer en un día y lo que debes dejar pendiente para al siguiente.
Unifica las interrupciones
Sí, somos conscientes de que las interrupciones en el trabajo suelen ser imprevistas. Sin embargo, si instruyes a tus compañeros a que te manden correos con todas sus dudas o preguntas agrupadas; determinas unos minutos al día para atender llamadas; o fijas tus periodos de descanso, el tiempo perdido durante la jornada laboral será mínimo.
Además, el problema no es la interrupción en sí, si no el tiempo que necesitas después para volver a concentrarte. Por ejemplo, si estás redactando un informe y respondes a una llamada, tardarás unos minutos preciosos en volver a ponerte manos a la obra con la redacción. Si es que lo logras. Cuando te pongas con una tarea, no dejes que nada ni nadie se interponga en tu objetivo de finalizarla.
Minimiza el tiempo de reuniones
Las reuniones son un ‘mal’ necesario en toda empresa. Pero si logras que sean cortas, de no más de 15 minutos, lograrás que todo el personal sea consciente de la importancia del tiempo y ese periodo será más que suficiente para poneros al día y marcar los objetivos diarios o semanales.
Olvídate de reuniones interminables donde se termina hablando de todo y de nada. No son productivas. Resume lo que quieras decir en ellas y conciencia a tus compañeros para que hagan lo mismo. Te sorprenderá como, con estos mini encuentros, logras aumentar la productividad laboral de todo el equipo.
Practica la Técnica Pomodoro
La Técnica Pomodoro no es más que un método de gestión de tiempo que facilita una mayor productividad en el trabajo. Consiste en dividir tu tiempo en periodos de 25 minutos (pomodoros) intercalados con descansos a intervalos de no más de 5 minutos. Tras 4 pomodoros de trabajo el tiempo de desconexión será de 15 minutos.
Este método se basa en que las pausas frecuentes mejoran la agilidad mental del individuo que, extrapolado al mundo laboral, incrementaría la productividad. Evitarás distracciones y aumentará tu nivel de concentración en cada pomodoro.
Mide tus resultados y no las horas empleadas
El hecho de que te pases las horas muertas en la oficina no es sinónimo de productividad. Aunque aún hay empresarios que apuestan por la presencia física de los trabajadores, tienes que dejar claro desde el principio que lo que se debe evaluar son tus resultados laborales y no las horas trabajadas.
Delega
No todo tienes que hacerlo tú. Si cuentas con un equipo o trabajas dentro de uno, lo que veas que no te da tiempo a realizarlo, delégalo en un compañero. De lo contrario, solo conseguirás quemarte y no terminar nada de lo que empieces.
Sé rápido y elimina lo que no funcione
Contar con una metodología de trabajo que permita hacer las cosas rápido debe ser una constante. Eso sí, la rapidez no implica que se hagan mal las cosas. Para ello, estudia los protocolos de actuación o las herramientas que emplees y gestiona cómo podrían ayudarte a ser más rápido con tus tareas.
Además, si descubres pasos en esta metodología que no tienen sentido ni aportan nada, elimínalas. Si algo no funciona no debe repetirse.
Descansa
Una vez terminada la jornada laboral, desconecta de tu trabajo. Aunque tu smartphone te permite acceder al gestor de correo o al programa de trabajo, intenta no acceder a ellos en tus horas libres. Tu mente necesita descansar para seguir produciendo.
Como ves, tienes varias opciones para aumentar la productividad laboral. Depende de ti sacar el máximo partido a estos consejos. ¿Te animas a contarnos cómo lo haces tú para ser más productivo?