Las cartas de recomendación avalan tu experiencia
Muchas veces, en la oferta de trabajo se piden tanto el CV como una carta de recomendación (o varias) si es que se posee. Éstas son pruebas que avalan nuestro trabajo y disponer de ellas, así como conseguirlas de forma regular, es algo fundamental cuando se está buscando un nuevo empleo. Sin embargo, no se deben pedir cartas de recomendación a cualquier persona ni tampoco se deben utilizar cartas que contengan información que no se pueda comprobar o que sea directamente falsa.
De la misma manera que existen distintos formatos de CV, también existen distintos formatos de carta de recomendación. Por un lado, están las cartas de recomendación para el mundo laboral y, por otro, las cartas que se utilizan para acceder a cursos y escuelas. El primer tipo de cartas las redactan compañeros con cargos superiores o jefes con los que hemos trabajado intensamente y bien y que, por tanto, pueden escribir cartas fehacientes que resalten nuestras habilidades.
Para elegir a quién pedir una carta de recomendación hay que reflexionar sobre los cargos, trayectoria y reconocimiento de las personas con las que hemos trabajado. Además de estos tres aspectos relativos a la persona que redacte la carta, hay que valorar los trabajos que hemos realizado junto con este compañero o superior. Quizás haya un superior de gran reconocimiento con quien sólo hemos trabajado una vez durante un breve periodo de tiempo; aunque nos pese, quizás sea mejor elegir a una persona con menor reconocimiento pero que pueda alabar nuestro trabajo y forma de ser con conocimiento de causa.
Para pedir una carta de recomendación se debe saber elegir el momento. Sin duda, si estás buscando trabajo y ya tienes un empleo, debes trazar una estrategia para conseguir una carta de recomendación positiva sin molestar a compañeros y empresa. Por ello, reflexiona fríamente sobre la viabilidad y consecuencias de pedir una carta en un momento u otro.
Una buena carta de recomendación aumenta tus posibilidades de conseguir un empleo y, por ello, es un instrumento útil. Sin embargo, recuerda pedirla en el momento adecuado a una persona con prestigio y capacidad laboral reconocida con la que hayas trabajado largamente.