Muchas veces nos lamentamos de nuestra mala suerte en el mundo laboral o de cómo nuestra carrera profesional no evoluciona. También de lo poco que nos gusta nuestro trabajo o de lo mal que estamos en él. A pesar de que es cierto que existen factores externos como el entorno laboral, nuestros compañeros o la remuneración que percibimos que pueden interferir en nuestro desarrollo y bienestar emocional, muchas veces los motivos de esa insatisfacción e incluso infelicidad se encuentran en nosotros mismos. Está en nuestras manos trabajar algunos de esos aspectos, para hacer que aquello que hacemos nos guste. Así, el cambio de actitud es fundamental.
Además, hay algunas malas actitudes o pensamientos que no te ayudarán en nada si quieres sentirte mejor con lo que haces. Hoy te proponemos algún cambio de actitud que deberías considerar.
- Pensar que todo es personal. Creer que el mundo gira a tu alrededor es un pensamiento que no te aportará nada positivo. No todo tiene que ver contigo, incluso si te excluyen de un nuevo proyecto, puede que los motivos nada tengan que ver con tu persona y tu capacidad. Intenta ser más racional y no pensar que todas las decisiones que toman tus superiores –y no te convencen- van en tu contra o para molestarte. La mayoría de las veces, no es así.
- Pensar siempre en negativo. Si eres de los que ve el vaso medio vacío siempre, esta actitud tiene que cambiar. No aportará nada positivo a tu carrera profesional. Y, evidentemente, tampoco a tu vida personal. Así que deja de lado todos esos pensamientos negativos y trabaja para tener una actitud más positiva.
- Vivir con el mal humor incorporado. Ser desagradecido, estar siempre serio, encontrar siempre un pero a todo, decir siempre no, incluso antes de escuchar la propuesta, contestar mal, ni dar los buenos días… En definitiva, tener una mala actitud en el trabajo es algo que no te puedes permitir si quieres sentirte mejor en la empresa. Nadie quiere trabajar con alguien que está siempre refunfuñando o encontrando problemas a todo. Empieza por dar los buenos días siempre que llegues al trabajo, sonríe, di gracias y por favor e intenta estar de buen humor.
- No reconocer tus méritos. Sí, no saber reconocer lo que haces bien es una mala actitud con la que debes acabar. Debes ser capaz de poder reconocer tus éxitos. No se trata de ir con la cabeza alta todo el día, sintiéndote superior a los demás, pero sí que debes felicitarte cuando una cosa sale bien y es gracias a tu trabajo y esfuerzo.
