Durante la búsqueda de empleo es muy importante la predisposición de cada persona. Si bien es importante tener confianza en uno mismo, hay que tener cuidado con tener una actitud agresiva o que sea percibida por el seleccionador como tal.
La planificación y la estrategia son fundamentales cuando estamos buscando empleo. Debemos tener claros nuestros objetivos y diseñar un plan de actuación de acuerdo a ellos. Es importante tener un buen currículum y carta de presentación, mantener una actitud activa en la búsqueda de nuevas oportunidades, conocer a fondo las empresas a las que nos gustaría acceder, tejer una buena red de contactos, etc. En definitiva, debemos mantener una actitud proactiva y firme, mostrándonos seguros de nosotros mismos.
Pero no confundas seguridad con agresividad. Es cierto que mientras buscas un nuevo empleo es importante mostrarte confiando, convencido y ser tenaz e insistente, pero siempre dentro de unos límites. Cuando redactes tu carta de presentación o cuando estés en una entrevista de trabajo, transmite confianza en ti mismo y en tus capacidades (recuerda que puedes mejorar tu autoestima para conseguirlo), demuestra que sabes exactamente qué busca la empresa y por qué tú eres la persona adecuada para el puesto. Pero hazlo siempre desde la humildad y teniendo en cuenta tus debilidades (que puedes aprovechar para avanzar profesionalmente).
En la entrevista, por ejemplo, mide correctamente tus palabras para no mostrar una actitud demasiado agresiva. Cuida también tu compostura y lenguaje corporal, para que transmitan confianza y seguridad, pero nunca altivez o arrogancia. Nunca des por hecho que eres el candidato escogido ni termines la conversación con aspectos como el salario o las vacaciones. Trata al entrevistador de usted, mostrándole respeto (siempre que no nos pida que lo tuteemos).
En resumen, en las diferentes fases de búsqueda de empleo es muy importante ser capaz de encontrar el equilibrio entre una actitud segura y confiada y la humildad.
