Si eres autónomo, es interesante pedir facturas de todos los gastos que tengas como freelance para poder contabilizarlos y justificarlos. Te dejamos algunos ejemplos que pueden beneficiarte:
- Espacio de trabajo: si trabajas desde casa como autónomo, puedes deducirte los gastos asociados a inversiones en el espacio de trabajo, como el coste de seguros, reformas o el IBI, por ejemplo. Para ello, debes tener en cuenta que es necesario dar de alta la dirección donde desarrollarás la actividad en el Censo de Empresarios. Es decir, tu casa debe constar como oficina de forma oficial.
- Material de oficina: todo el material que compres para utilizarlo profesionalmente puede ayudarte a deducir, siempre y cuando esté relacionado con tu actividad.
- IVA de suministros: en este caso, debes tener un despacho que no sea en tu casa o necesitarás contadores separados. Pero es posible deducir el IVA vinculado a las facturas de suministros, como agua o electricidad.
- Vehículo particular: si te dedicas a una actividad de transporte y cuentas con un vehículo como herramienta de trabajo, puedes deducirte parte de estos gastos. Además, también cuentan todos los desembolsos relacionados con el mantenimiento del vehículo, la gasolina o el seguro. Si no te dedicas al transporte de personas o mercancías, también puedes encontrar algunas ayudas más reducidas asociadas al IVA.
- Transporte público y alojamiento: si debes desplazarte o viajar por trabajo, siempre y cuando se acredite explícitamente que es por razones profesionales, podrás deducirte los gastos del transporte y de tus estancias en hoteles y demás tipos de alojamiento.
