¿Confesarías tus virtudes y tus defectos a un reclutador?
¿Sabías que el autoconocimiento es una de las habilidades más valoradas por las empresas que contratan nuevos trabajadores? Lo demuestra un estudio publicado recientemente por The Wall Street Journal, que también señala como competencias clave la flexibilidad o la iniciativa de los candidatos. Por eso, cada vez es más habitual que, durante una entrevista de trabajo, te pregunten abiertamente cuáles son tus fortalezas y cuáles tus debilidades. Hemos salido a la calle para saber qué haría la gente ante esta pregunta: ¿dirían la verdad o esconderían sus defectos? Y tú, ¿qué harías?
Antonio Jesús Gutiérrez, 33 años. Conductor de autobuses
“Yo soy de los que piensan que más vale ir por la verdad por delante y no tendría ningún problema en reconocer en lo que soy bueno y en lo que no. Me conozco suficientemente bien para saber que, por ejemplo, soy una persona muy sincera y que normalmente me manejo bien en el trato con la gente. Sin embargo, reacciono mal cuando me entero de que me están mintiendo o cuando doy con alguien muy desagradable en el autobús. Me enfado bastante, no lo puedo evitar”.
Cristian Castillo, 28 años. Estudiante de Economía
“Sí, yo creo que es importante que sepan en qué puedes destacar y qué te puede quedar un poquito grande. Lo malo es que a veces no nos conocemos del todo y cuando llegan situaciones límite ves que no eras como pensabas, pero yo creo que sí podría decir cuáles son mis puntos fuertes y débiles. Por ejemplo, entre mis virtudes destacaría que soy una persona paciente, luchadora, que no se rinde nunca… Y debilidades tengo muchas, pero lo que más me gustaría es poder ser más calmado porque muchas veces reacciono de forma impulsiva”.
Javier Antonio Moreno, 24 años. Matemático
“En las entrevistas de trabajo hay que ser sincero, así que no tendría problema en contar cuáles son mis virtudes y mis defectos. No me conozco al 100%, pero tengo claro que soy una persona responsable, que tengo capacidad de sufrimiento y de esfuerzo, que yo creo que son dos cosas bastante importantes. En cuanto a mis debilidades, reconozco que bajo presión me cuesta mucho actuar, acabo perdiendo un poco el control”.
Inmaculada Muñoz, 23 años. Desempleada
“Sí, se lo diría. Yo creo que es importante ser sincero, ¿no? Si hay algo que te cuesta más hacer no pasa nada por decirlo. Si no lo dices y te contratan, al final se van a dar cuenta igualmente y tú quedarás como una mentirosa, que seguro que es peor que la debilidad en sí. En mi caso, una virtud sería que siempre estoy ayudando a los demás; y una debilidad… que soy muy sensible, me afectan mucho las cosas y eso a veces me ha traído problemas en el trabajo”.
