Aumenta tu productividad con ‘mindfulness’
Encontrar una definición exacta de mindfulness es difícil, pues detrás de esta palabra, que podríamos traducir como “conciencia plena” o “atención plena”, se encuentra toda una concepción psicológica y una filosofía. Basado en la meditación budista, el mindfulness defiende centrarse en cada pensamiento o emoción cuando es preciso hacerlo, de forma concienciada y atenta.
Se trata de una filosofía muy útil de cara al entorno laboral (y también a la vida personal), pues nos ayuda a concentrarnos mejor en nuestro trabajo, a motivarnos y a huir del estrés. Para cumplir con las reglas básicas del mindfulness es importante aprender a aceptar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, para poder entenderlos y huir de las sensaciones negativas como la preocupación.
La práctica más habitual de esta filosofía es la meditación. Este ejercicio nos permitirá estar presentes en todos los aspectos de nuestra vida en el grado que requieran para vivirlos con el corazón y la mente abiertos y despiertos. Puede que al principio te resulte difícil concentrarte para meditar, pero es algo sencillo. No necesitas más que un espacio y un momento tranquilos, con ropa cómoda y tal vez algo de música, velas aromáticas o incienso que te ayuden a concentrarte mejor. Colócate en una postura cómoda, respira hondo y cierra los ojos. Intenta dejar fluir tus pensamientos y no focalizarte en ninguno, solo en tus sensaciones y en esa respiración pausada. Prácticas como el yoga o el tai-chi pueden ayudarte mucho.
A pesar de su vinculación con el budismo, el mindfulness no tiene connotaciones religiosas por sí mismo y cuenta, en cambio, con múltiples aplicaciones en terapias de psicología y psiquiatría. Diferentes investigaciones han demostrado la eficacia de esta filosofía para tratar problemas como la ansiedad, el estrés o la depresión.