“Aquí hemos crecido personal y profesionalmente”
Jordi, ¿cuándo y por qué decidiste emigrar?
La verdad es que no vivíamos mal del todo. Yo trabajaba en mi propia empresa de comunicación en Alcoi. Pequeñita, pero suficiente. Mi mujer es arquitecta y trabajaba como autónoma. Teníamos (tenemos) nuestro propio piso, un inmueble histórico rehabilitado. Mi mujer fue teniendo cada vez menos trabajos y, al final, al ver que la situación era cada vez peor, pensamos que era nuestro momento. Siempre habíamos pensado en salir, pero tampoco nos lanzábamos. La crisis nos dio el empujoncito necesario en 2011, aunque si te digo que lo estábamos pasando mal o no teníamos alternativa, te miento.
¿Cómo era tu situación laboral cuando llegaste a Múnich?
Nosotros lo hicimos todo por fases y en paquete. Primero vino mi mujer a explorar el terreno: estudiar un poco de alemán y echar unos currículums. Yo, mientras, seguía trabajando en España y venía a verla todos los meses. Cuando encontró trabajo y piso y vimos que podíamos tirar, me vine yo también. Al principio no tenía trabajo ni lo buscaba. Vine a estudiar alemán, dediqué unos 6 meses a prepararme. Por supuesto, tiramos de ahorros. Primero empecé a trabajar como guía (autónomo), al ver que era un trabajo temporal que me dejaba tiempo para seguir estudiando alemán (al principio no hablaba nada) y escribiendo, algo imprescindible en mi vida. Al poco tiempo me decidí a emprender y creé mi propia -y pequeñita- empresa. Lo de periodista llego con el tiempo, por el blog. Algunos articulillos para prensa y al final una sustitución en la revista ECOS para todo el 2015. Vamos a ver qué ocurre en 2016.
¿Cómo es tu vida en la ciudad?
Ha ido cambiando. Al principio la exprimía al máximo. Ahora tengo menos tiempos libre, pero me sigue apasionando. Hay mucha oferta cultural. En el caso de Múnich, de día y en verano se vive muy intensamente con toda la cultura de los biergarten (jardines de cerveza), la naturaleza, etc.
¿Qué ha sido lo mejor y lo más difícil hasta ahora?
Lo mejor, la experiencia en todos los sentidos. Aquí hemos crecido personal y profesionalmente. Hemos hecho amigos (lamentablemente, pocos alemanes), he aprendido y aprendo una lengua complicadísima, he conocido otra cultura, estoy formando una familia (mi mujer está embarazada), etc.
Lo peor, sin duda, ha sido encontrar una vivienda digna. Al principio fue difícil encontrar algo provisional, luego fue imposible mudarse a algo decente para dos (55 m2) y ahora está siendo peor todavía encontrar una vivienda para los tres. Los pisos son cada vez más caros (de alquiler, 15-20 € / m2 en la ciudad) y además no te los dan así como así. Hay mucha gente buscando casa y pocas ofertas, por lo que cada vez que hay una en alquiler has de competir con otras 20 personas en tu misma situación. Ser españoles y autónomos, los dos, no ayuda, aunque haya dinerillo ahorrado, tengas buenos ingresos, etc.
¿Cómo valoras esta experiencia?
De 10. Sólo el tema de la vivienda la ensombrece un poco, y más ahora que andamos buscando otra vivienda más grande. Pero, por lo demás, de 10. Múnich era el lugar para nosotros. Es un pueblo grande, limpio, verde, seguro, con trabajo, tranquilo… Yo, al fin y al cabo, soy de pueblo (Alcoi tiene 60.000 habitantes), por lo que aquí me siento muy bien.
¿Qué le recomendarías a alguien que quisiera probar suerte allí?
Ahorros, paciencia, interés por aprender cosas nuevas, fuerzas para los malos ratos y ganas de venir a un país tan bonito pero complicado como Alemania (por ejemplo, por el idioma). Venir a probar, por probar, es un error de bulto. A esos les diría que no vengan. O se van a frustrar a la primera coz que les den los alemanes.
