“Aquí es fácil vivir cómodamente”
Ricardo es de Madrid y a pesar de su doble titulación en ingeniería en Montes (Wageningen-UPM Madrid), en 2011 y al no encontrar oportunidades en el país, optó por buscar opciones en el extranjero. Tras un año de desempeño como técnico de Promoción Exterior en Bogotá (Colombia), se estableció en Oslo, donde actualmente trabaja en el departamento de Marketing y Exportaciones de una empresa fabricante de fungicidas y fertilizantes.
¿Ya tenías trabajo antes de llegar a Oslo o lo conseguiste allí?
Tras el año de trabajo en Colombia, decidí moverme a Oslo para seguir a mi novia, que había encontrado un buen trabajo en una empresa de ingeniería noruega. Fui con una mano delante y otra detrás pero con un techo donde cobijarme, que no es poco teniendo en cuenta lo que cuesta el alojamiento en este país. Una vez en Noruega, estuve buscando las mejores opciones según mi currículum y a los dos meses tuve la suerte de encontrarme con la empresa de agro-químicos en la que trabajo actualmente. Estuve buscando ofertas en noruego porque aquí la mayoría de ofertas de trabajo, fuera del sector del oil&gas, son en noruego. A base de usar Google Translate, acabé encontrando la oferta adecuada. Fue una gran coincidencia, porque buscaban un perfil muy parecido al mío, con experiencia internacional, ganas de viajar y dominio del español; y no fue difícil convencerlos. Un viernes hice la última entrevista y el lunes siguiente ya estaba empezando a trabajar.
¿Cómo es la vida y la gente en tu nueva ciudad?
Muy tranquila. Oslo es la capital del país, pero uno no tiene la sensación de vivir en una capital de un país europeo. Es pequeña, poco ruidosa, campechana. No tiene la vida que puedan tener otras ciudades europeas. Lo normal es trabajar hasta las 3:30 o 4 de la tarde y luego regresar a casa con la familia. Cambia mucho la actividad del invierno al verano, la falta de luz y el frío reducen la energía de las personas. Aquí tienen una gran conciencia por el deporte y el ejercicio, forma parte de su estilo de vida. En cuanto a la forma de ser, hablando en general, el noruego es menos alegre y expresivo que el latino o el mediterráneo. Son gente muy agradable y respetuosa y eso es lo importante a la hora de trabajar y vivir en un país.
¿Cómo ha sido tu adaptación a la cultura y las costumbres del lugar?
La adaptación ha sido rápida. Es fácil vivir aquí cómodamente y a gusto y observar que las cosas funcionan bastante bien a tu alrededor. Una vez que consigues el trabajo y te registras en el sistema, todo va rodado. Uno en seguida se acostumbra a tener derechos y espacio. Son muchas las facilidades que te dan. Además yo vivo con mi pareja, lo que me hace tomarme con más calma las relaciones sociales. Ese es un aspecto más difícil, a la hora de las amistades lo natural es relacionarse con gente extranjera que está en una situación más parecida a la tuya y es complicado profundizar más con los noruegos.
¿Le recomendarías a alguien probar suerte allí?
Sí, definitivamente. Siempre y cuando se informen bien acerca de cómo está el mercado de trabajo y qué profesiones son las más demandadas y que también tengan algún contacto aquí que les pueda abaratar la estancia. Buscar desde el extranjero es más complicado, aunque también posible; pero se reducen mucho las posibilidades de recibir una llamada para una entrevista.