Andrea Bocelli, pasión por la música
A pesar de nacer con un glaucoma congénito, que le dejó parcialmente ciego, tan solo tenía 6 años cuando Andrea Bocelli empezó con sus clases de piano y posteriormente estudió flauta y saxofón. A los 12 años, un golpe en la cabeza mientras jugaba al futbol provocó que su ceguera fuera total. Pero su espíritu de superación y su fuerza de voluntad, ya de niño, le llevó a compaginar sus estudios sin dejar de lado su pasión por la música.
De este modo, Bocelli se licenció en Derecho, por la Universidad de Pisa, pero su pasión por la música le llevó a continuar sus clases de canto con el tenor italiano Franco Corelli. Unas clases que pagó con el sueldo que obtenía actuando en discotecas y bares nocturnos.
Cuentan de él que su gran oportunidad le llegó de la mano del cantante de música pop, Zucchero. Corría 1992 cuando Zucchero buscaba que Luciano Pavarotti prestara su voz para interpretar a dúo la canción “Miserere”, que había compuesto junto con Bono de U2. Para convencerlo, el cantante pop le presentó una maqueta en la que interpretaba la canción junto a Andrea Bocelli. Después de escucharla, Pavarotti aseguró: “Gracias por esta espléndida canción, pero deja que sea Andrea quien la cante. Nadie lo puede hacer mejor que él”. Aun así, Zucchero grabó la canción con Pavarotti, mientras hizo la gira europea con Bocelli.
A partir de aquí empieza una imparable carrera musical. En 1994 participa en la sección oficial del Festival de Sanremo con la canción “Il mare calmo della sera”, y obtiene una puntuación récord. Posteriormente, Andrea Bocelli publica su primer álbum, que lleva el mismo título de la canción, y con ello su popularidad crece rápidamente. Muestra de ello es que obtiene su primer Disco de Platino. A partir de ahí, su popularidad no deja de crecer y hasta llegar a vender, en toda su trayectoria profesional, más de 80 millones de discos en todo el mundo y recibir multitud de premios y reconocimientos internacionales.
Pero a Bocelli no le gusta hablar de su ceguera. Tal y como publica el periódico ABC, el tenor le comentó al periodista, sin que éste se lo preguntara: “¿Sabes por qué no me gusta hablar de mi discapacidad? Me vienen a preguntar cosas como si fuera totalmente inválido y no estoy de acuerdo. Yo he visto mucho en la vida y no me puedo hacer el mártir”.
¡Todo un consejo de vida!