Proyecto Nepal 2016: “Nunca me hubiera imaginado lo que finalmente conseguimos”
Conmovidos por la apremiante situación en la que viven los habitantes del norte de Nepal -tras haber sido afectados por un terremoto de gran magnitud el año pasado-, Víctor y tres de sus amigos decidieron encarar su propia cruzada solidaria: El Proyecto Nepal 2016. La iniciativa fue todo un éxito y contó con el apoyo de Adecco y otras empresas colaboradoras. Los voluntarios llevaron una donación que incluyó 140 uniformes de escuela y 120 kilos de material escolar y ropa (desde portátiles y un proyector hasta numerosas camisetas de Adecco y ropa de deporte e invierno). De regreso, después de esta aventura solidaria, para la que debieron cruzar en jeep por una de las rutas más peligrosas del mundo, Víctor comparte con nosotros sus emociones y algunas de sus experiencias.
¿Cómo surge la iniciativa y por qué te decidiste a hacerlo?
Gracias a mi trabajo en Spring Professional, conocí a un chico argentino que había fundado NepalCare.org y había ido a Nepal justo después del terremoto de Gorkha del año 2015, la peor catástrofe natural ocurrida en Nepal. Nuestros puntos en común nos llevaron a tener una primera reunión en la que me contó lo que había hecho. Después de tres horas viendo mapas físicos e imaginándonos lo que podríamos conseguir, él me aseguró que nos llevaría a lugares que ni siquiera salen en Google. Sin dudarlo, llamé a un buen amigo y le dije literalmente: “Este agosto nos vamos 20 días a Nepal”. Mientras tratábamos de darle forma al proyecto, se sumaron al equipo dos amigos más.
¿Qué te ha aportado esta experiencia?
A pesar de haber estado en el pasado participando en proyectos solidarios similares en Kenya, Brasil y Argentina, Proyecto Nepal era totalmente diferente. En este caso, apenas teníamos ninguna referencia y nadie había hecho algo así en el pasado. Nos suponía un reto totalmente nuevo. Ahora que he vuelto, puedo decir que he aprendido más de lo que me esperaba, gracias sobre todo al equipo que teníamos y a las personas de Nepal que nos ayudaron. Son personas amables y trabajadoras. A pesar de las pocas posibilidades, algunos tienen sueños y ambiciones más allá de la vida agraria de las montañas.
¿De qué forma ha colaborado tu empresa actual, Adecco, en este proyecto?
Nuestro objetivo era llevar uniformes a más de 140 niños de dos escuelas, además de ayudar a reconstruir las infraestructuras y llevarles material para el colegio y ropa. Conseguimos llevar más de 120 kilos de material escolar y ropa gracias a la colaboración de empresas como: FC Barcelona, Alpino, Canon, Adecco, IBM, Plan Marcet y Etihad Airways, entre otras. También recaudamos más de 1.500€ para fabricar en Katmandú los 140 uniformes. Adecco participó aportando un gran número de camisetas que pudimos entregar tanto a profesores como alumnos. Mis compañeros de Spring colaboraron con los uniformes.
¿Cómo ha sido el día a día en Nepal?
El primer día llegué yo solo. Pasé mis primeras 24 horas buscando un sitio donde dormir y preparando todo el plan para cuando llegaran los otros tres. A los pocos días, recogimos de la pequeña fábrica todos los uniformes, cargamos todo el material en un Jeep y nos lo llevamos al norte de Nepal, en la cordillera del Himalaya, casi tocando la frontera con China. Llegados a un punto, tuvimos que caminar casi tres horas por la montaña para llegar a nuestro destino. Siete sherpas nos ayudaron cargándose de la espalda las cajas y los uniformes. Durante los siguientes 5 días, visitamos dos colegios y otros lugares de las diferentes aldeas. La mayor parte del día hacia buen tiempo. Sin embargo, las nubes se reservaban un par de hora cada tarde para llover como nunca lo había visto, por culpa del monzón.
¿Qué has aprendido de los nepalíes?
Causábamos sensación y tenían mucha curiosidad pero siempre se mostraban dispuestos a ayudar. En las montañas, las personas son muy cercanas y amables a pesar de saber que quizá no sacarán nada a cambio. La parte dura fue ver las condiciones bajo las que sobreviven, sobre todo por las consecuencias del terremoto. La comida era siempre la misma, la ducha era agua de la montaña, el baño era un pequeño agujero en el suelo, la habitación la compartíamos con cantidad de insectos y la cama era una tabla de madera. Sin embargo, son -y éramos- gente feliz. Era una alegría ver la cara de cada niño al entregarle su regalo. Se divertían con cualquier cosa y no querían dejar de jugar con nosotros. Incluso los adultos siempre estaban cerca, observándonos.
La sensación de conseguir algo que ni te imaginarias es única en la vida Share on X¿De qué forma se puede colaborar con esta causa?
Siempre he creído que la mejor forma de ayudar es regalarles tu tiempo y sonrisa. Además de una serie de gastos como el avión o la estancia, pasar tiempo con ellos es el mejor regalo y también un esfuerzo, ya que es algo que no se recupera. Yo quiero dar las gracias a todos los que han contribuido con este proyecto, especialmente a Adecco. Ha sido un orgullo para mí contar con vuestra ayuda. Me ha sorprendido mucho la forma en la que se ha volcado la gente. Yo me caso el año que viene, pero espero repetir algún día y mejorar todo lo que hemos hecho, así que si alguno quiere venir, ¡que se apunte!
¿Recomendarías vivir esta experiencia?
Totalmente. Cualquiera que haya vivido una aventura así te diría que este tipo de experiencias pueden cambiarte la vida y la forma de verla.
¿Qué le dirías a una persona que quiere dedicarse a esto pero nunca encuentra “el momento”?
Esta sensación es muy común. Yo también la tenía al inicio. Sin embargo, empezamos con muy poco y comenzamos a crecer a medida que pasaba el tiempo. Cada vez nos proponíamos cosas más difíciles. Al salir de la primera reunión, nunca me hubiera imaginado lo que finalmente hemos conseguido hacer. Toda la aldea de Ghormu agradece nuestra visita y nos piden que volvamos. A mí nunca se me olvidarán esos días. Así que, si no sabes qué hacer, llámame ¡y nos vamos juntos! Tal como citaba el lema de la cerveza nepalí: Dedicated To The Brave.