Las energías que debemos invertir en la búsqueda laboral y el avance de nuestras carreras muchas veces se ven obstaculizadas por algunas actitudes negativas que nos impiden ser nosotros mismos y desarrollar todo nuestro potencial.
Te contamos aquí cuatro actitudes negativas típicas que no favorecen el logro de nuestros objetivos profesionales:
- Ser complaciente/ “Ser el más bueno”. Muchas veces la necesidad de sentirnos aceptados por los demás nos lleva a ser extremadamente complacientes y evitar contradecir o estorbarles. Sin embargo, recuerda que para hacer tu camino necesitarás muchas veces defender tus ideas y ello significará en ocasiones hacer frente a las opiniones de los demás e incluso contradecir sus ideas. Es muy importante saber escuchar las sugerencias de otros, pero en igual medida lo es el ser capaces de decidir en base a nuestros propios deseos sin que los demás lo hagan por nosotros. Por otra parte, recuerda que decir que sí a todo no te hará mejor persona o más bueno. Nuestro nivel de tolerancia no siempre habla de nuestra bondad, sino también de la capacidad o incapacidad de aceptarnos a nosotros mismos y respetar nuestras propias convicciones. El respeto a los demás comienza por el respeto a uno mismo.
- Los 30 y los 20 no son lo mismo. La idea de que la adolescencia y la juventud se prolongan, si bien puede tener base en algunos datos reales, se ha convertido rápidamente en una justificación para que muchos dejen la responsabilidad de hacerse cargo de sus vidas profesionales para más adelante. Pero los 20 no son sólo diversión y amigos; aunque estos son condimentos fundamentales. Para quienes desean una carrera prometedora o tienen objetivos concretos para sus 30 y 40, los 20 también son el momento para comenzar a planificar y dar los primeros pasos.
- Adultos precoces. En contraposición con la actitud anterior, está la de quienes experimentan una terrible ansiedad por el futuro y sufren la necesidad de conocer exactamente dónde se encontrarán dentro de 10 años. Ello les lleva a tener la sensación de no estar haciendo nunca lo suficiente. Pero hay que recordar que es imposible controlarlo todo y que la vida es un largo camino. Invertir todas nuestras energías y ocasionarnos estrés innecesariamente nos llevará a agotarnos antes de tiempo. Modera tus ansiedades. Trabaja con pasión y convicción pero sabiendo que los logros se consiguen poco a poco y que deberás conservar energías para los desafíos del futuro.
- El dependiente millonario. La ansiedad por conseguir resultados hoy y el temor a fracasar lleva a que muchos, con un salario promedio, se embarquen en grandes préstamos y deudas para llevar la vida que creen que deben alcanzar: viajes, coches y últimas tecnologías. Entonces, consumir y mostrar al mundo lo que hemos conseguido se vuelve fundamental para sentirnos satisfechos con nosotros mismos. Pero, si bien la vida no es sólo trabajo y es importante darse algunos gustos y disfrutar, endeudarnos hoy significa probablemente renunciar a una vida confortable para los próximos años. Ten en cuenta nuevamente que hay mucho camino por delante y optar por un poco de planificación te ayudará a alcanzar tus logros con mayor eficacia y mantener una vida equilibrada.
Todos hemos pasado en diferentes momentos por estos cuatro estereotipos de actitudes negativas para nuestra vida. Lo importante es darnos cuenta en qué situaciones nos estamos dejando vencer por el temor, la ansiedad o la necesidad de satisfacer a los demás; y recordar que los logros se consiguen con esfuerzo, tiempo y principalmente seguridad en uno mismo.
