Recuerda que tus compañeros no serán necesariamente tus amigos ni pensarán o actuarán del mismo modo en que lo harías tú, pero ello no tiene por qué ser un impedimento para mantener una relación cordial y respetuosa entre vosotros.
Quita toda la cáscara y las excusas que puedas encontrar para pasártelo mal. La cena de empresa puede ser una muy buena oportunidad para socializar, conocer a aquellas personas con las que habitualmente no hablas o pasar un buen rato con tus compañeros más cercanos.
Sin embargo, tampoco hay que olvidar que seguimos estando en un entorno laboral y por tanto, la distensión deberá ser siempre ‘medida’. Con los colegas del trabajo puede ser sencillo entrar en confianza y, por eso mismo, existe el riesgo de peligro de hacer naufragar una relación ¡incluso antes de que comience!
El consejo es aprovechar la noche y disfrutar… Tan sólo ten presentes estos cuatro detalles para evitar arrepentirte de algo al día siguiente:
- Cuida tu vestimenta y elige algo que no sea excesivamente llamativo.
- Mantén conversaciones apropiadas. No entres en temáticas o discusiones conflictivas e innecesarias.
- Aún cuando estés más relajado, no te comportes de un modo en que no lo harías en tu entorno laboral. La clave es no olvidar que ese también es tu ambiente de trabajo.
- Bebe con moderación. Divertirse está bien, pero ser el tema de conversación del día siguiente ¡no es una opción atractiva!
Hay muchos motivos para asistir a la cena de empresa y divertirse. Recuerda las ventajas de mantener una actitud positiva e intenta sacar lo mejor de esta noche de celebración. ¡Anímate a disfrutar de la ocasión con tu mejor sonrisa!
